Artículo basado en el libro: Clama a mi, por Dr. Miguel Núñez.
En la sección dedicada a la oración por la nación en el libro Clama a mi, el pastor Miguel Núñez utiliza la oración de Salomón en la dedicación del templo (1 Reyes 8) como modelo para interceder por el bienestar, la protección y el arrepentimiento de un pueblo. Núñez observa que Salomón ora reconociendo la grandeza y fidelidad de Dios: “No hay Dios como Tú ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y muestras misericordia a Tus siervos que andan delante de Ti con todo su corazón”.
El autor subraya que la intercesión por la nación debe partir de la humildad y el reconocimiento de la necesidad de perdón. “Yo aprendí a pedir perdón de manera prioritaria leyendo la Biblia. Si es verdad que nuestros pecados crean distancia relacional entre Dios y nosotros es una buena práctica iniciar nuestras oraciones pidiendo perdón por nosotros mismos y por la nación, porque nunca vivimos un solo día en perfecta conformidad con la ley de Dios”.
Núñez destaca la importancia de orar por justicia, por la restauración en tiempos de derrota, por misericordia ante calamidades, y por la conversión de los extranjeros. “Salomón quiere que Dios escuche la oración del extranjero que vaya al templo a orar y que lo bendiga al escuchar su oración. Este deseo de Salomón revela su amor por el prójimo, lo cual no es simplemente un mandato del Nuevo Testamento, sino que ya Dios había revelado esa necesidad en Levítico 19:18”. El autor también enfatiza que la motivación última de la oración debe ser la gloria de Dios: “La motivación debe ser que cuando sanes, tu sanación resulte en la gloria de Su nombre. Y si no sanas, que tu enfermedad resulte en la gloria de Su nombre. La motivación no cambia: que Dios sea glorificado”.
Finalmente, Núñez llama a la iglesia a orar no solo por sus propias necesidades, sino por la transformación de la nación y el testimonio del pueblo de Dios: “La intención detrás de la oración de Salomón es la misma intención detrás de la Gran Comisión: dar a conocer el nombre de Dios para que las naciones encuentren salvación de la misma manera que nosotros la encontramos”.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Por qué es importante comenzar la oración por la nación con confesión y arrepentimiento?
2. ¿Cómo puedes orar por tu país de manera que tu motivación principal sea la gloria de Dios?
3. ¿Qué pasos puedes tomar para que tu vida y oración sean un testimonio para quienes no conocen a Dios?
Artículo basado en el libro: Clama a mi, por Dr. Miguel Núñez.
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