Artículo basado en el libro: Clama a mi, por Dr. Miguel Núñez.
Miguel Núñez dedica varios capítulos de Clama a mí a desglosar el Padrenuestro, mostrando que esta oración no es solo un texto para repetir, sino un modelo que enseña cómo acercarnos a Dios con reverencia y confianza. “Para reverenciar a Dios en nuestra vida de oración debemos aprender a orar como el Maestro”, afirma el autor.
Núñez destaca que Jesús inicia el Padrenuestro con la frase “Padre nuestro que estás en los cielos”, lo cual encierra una profunda enseñanza: “Jesús quiere que al hablar con Dios pensemos en Él como un Padre, lo que implica cercanía e intimidad. Al mismo tiempo implica protección porque eso es lo que hace un padre y también provisión porque esa es la inclinación natural de un padre”. Sin embargo, añade que no debemos perder de vista la trascendencia de Dios: “Ese Padre es el Creador de todo el universo y por lo tanto está encumbrado muy por encima de toda Su creación”.
El equilibrio entre cercanía e intimidad, y reverencia y asombro, es fundamental. Núñez cita a Isaías: “Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: ‘Yo habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu…’”. Así, la oración cristiana es un diálogo con un Dios que es a la vez infinitamente grande y maravillosamente cercano.
El autor también resalta la importancia de la primera petición: “Santificado sea Tu nombre”. Según Núñez, “santificar el nombre de Dios en nuestras vidas implica tratarlo con reverencia en nuestros pensamientos, palabras y acciones. En otras palabras, que nuestras vidas reflejen Su carácter y reflejen Su gloria”. Esta petición es la base de todas las demás, pues ninguna otra será concedida si no buscamos honrar a Dios en primer lugar.
Por último, Núñez recuerda que el Padrenuestro nos enseña a pedir por nuestras necesidades diarias, pero siempre en el contexto de la voluntad y el reino de Dios. “No podemos ser hijos de Dios que solo saben pedir sin santificar Su nombre, sin buscar Su reino y sin querer hacer Su voluntad”.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Cómo puedes crecer en equilibrio entre la confianza filial y la reverencia al orar?
2. ¿De qué manera tu vida diaria refleja la petición “santificado sea Tu nombre”?
3. ¿Tus peticiones en oración están alineadas con la voluntad y el reino de Dios?
Artículo basado en el libro: Clama a mi, por Dr. Miguel Núñez.
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