ECLESIASTÉS
LA CREDIBILIDAD DE ECLESIASTÉS
El principal argumento para rechazar a Salomón como autor de Eclesiastés se basa en que algunos términos del libro no aparecen en otros textos hasta varios siglos después del reinado de Salomón. No es un dato menor, pero se debe tener en cuenta que los argumentos basados en pruebas lingüísticas son indudablemente muy difíciles de probar. Como solo poseemos un reducido número de textos del antiguo Cercano Oriente, es difícil establecer el momento preciso en que una palabra determinada pasó a formar parte del habla corriente.
Por otro lado, tenemos pruebas de que el autor de Eclesiastés estaba familiarizado con algunos textos clásicos de Mesopotamia y de Egipto, pertenecientes a una época anterior a Salomón (ver nota en 9:8-9), mientras que no hay nada en el libro que muestre algún tipo de contacto con la literatura de épocas posteriores, por ej., con los clásicos griegos del siglo v a. C. y siguientes. Esto inclina la balanza a favor de aceptar la autoría de Salomón, a la vez que crea obstáculos para fechar la composición de Eclesiastés entre los años 400 y 100 a. C.