COLOSENSES

Autor

Algunos eruditos de la alta crítica moderna han expresado dudas respecto de atribuir Colosenses a la pluma de Pablo, a pesar de que la carta incluye afirmaciones autobiográficas del apóstol y comienza con un saludo en el que el autor se identifica como Pablo. Las dudas, en general, están relacionadas con el estilo (ligeramente diferente del resto de las cartas paulinas) y la teología de la carta (más elaborada que en otros escritos paulinos). Sin embargo, estos cuestionamientos se debilitan considerablemente al analizar el contexto de la carta; la situación en Colosas exigía una respuesta teológica diferente que la requerida por las iglesias amenazadas por sectores judaizantes, que fue la clase de problema que Pablo abordó en otras cartas. Además, algunos eruditos de la alta crítica tienen una postura muy estrecha con respecto a la versatilidad de los autores de la antigüedad y su capacidad de emplear estilos diferentes en diferentes circunstancias.

 

La ciudad de Colosas se encontraba en el interior de la provincia romana de Asia (en la actual Turquía), a unos 160 km (100 millas) de Éfeso. Pablo escribió esta carta entre los años 60 y 62 d. C., probablemente mientras estaba en Roma.

TEMAS EN COLOSENSES

El ascetismo extremo, la invocación a los ángeles, visiones y experiencias extáticas, y el cumplimiento estricto de ciertos ritos eran parte de las prácticas religiosas de un grupo faccioso dentro de la iglesia de Colosas. Pablo, preocupado por el peligro que entrañaban tales enseñanzas, les escribió una carta pastoral exhortándolos a renovar el compromiso de aceptar a su Señor y Redentor como soberano absoluto, e instándolos a vivir de manera coherente con todo lo que implicaba ser seguidores de Jesús.


Los comentaristas de la antigüedad identificaron las enseñanzas de los grupos opositores como gnosticismo (la creencia de que la salvación se logra a través del conocimiento oculto, y que la materia es esencialmente mala, mientras que el espíritu es bueno). Algunos comentaristas en época más reciente creen que se trataba de una expresión del misticismo judío. Sin embargo, la prueba histórica sobre prácticas populares locales sugiere que el grupo promotor del conflicto invocaba a los ángeles como manera de repeler ataques de los espíritus malignos. Así, pues, el mensaje fundamental de Pablo a la iglesia fue aferrarse firmemente a Cristo en lugar de depender de mediadores angélicos y prácticas seudoespirituales.